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domingo, 4 de enero de 2015

Hermanos siniestros. Courtney Milan

Una serie entretenida, ágil, con historias interesantes y personajes sólidos.

Disfruto de la escritura de Courtney Milan, tiene un estilo ameno, buenas dosis de humor, diálogos originales y planteos serios. Sus personajes son íntegros, complejos y sus historias de vida los han hecho crecer.

Ya desde la primera historia "El affaire de la institutriz" (historia corta) nos va presentando a los diversos personajes que aparecerán en los libros siguientes, así comprendemos sus orígenes y el porqué de muchas de las situaciones y actitudes. "La querra de la Duquesa" y "El efecto heredera" los he disfrutado mucho, con buenas historias y excelentes personajes. No me pasó lo mismo con el siguiente "La conspiración de la Condesa," tanto que no terminé de leerlo. Tal vez sea porque cuando comienzo una serie que me gusta sigo leyendo las historias inmediatamente, así tengo frescos los personajes y contextos, y este último lo vi tan flojo que no me dieron ganas de seguir. Tal vez, con el tiempo, le dé una nueva oportunidad.
En general, muy recomendable. Bueno dentro del género romántico, donde actualmente es bastante difícil (a mi criterio) encontrar una escritora que aporte estilo y algo de originalidad.

El affaire de la institutriz

El comienzo de una nueva serie de Courtney Milan...
ELLA NO SE RENDIRÍA...
La institutriz Serena Barton había sido despedida de su puesto tres meses atrás. Como no podía encontrar otro empleo, optó por exigir compensación al hombre culpable de su despido, un duque mezquino, egoísta y canalla. Pero no era al duque al que temía, sino a su mano derecha, el hombre conocido como el Lobo de Clermont. El temible expugilista se había labrado muy mala fama solventando los asuntos sucios del duque y, aunque Serena sabía que no podría nada contra él, tenía que intentarlo, pues estaba en juego todo su futuro.
ÉL NO PODÍA CEDER...
Hugo Marshall era ambicioso y despiadado, características ambas que le habían servido para subir de hijo de un minero del carbón a mano derecha de un duque. El día que su jefe le ordenó que se librara de la molesta institutriz por las buenas o por las malas, para él era solo un día más de trabajo. Desafortunadamente, no consiguió convencer a Serena por las buenas y, a medida que la fue conociendo, descubrió que no era capaz de hacerlo por las malas. Pero solo podría satisfacer sus ambiciones si ella se iba. Tenía que elegir entre la vida que buscaba y la mujer a la que había empezado a amar.

La guerra de la Duquesa

La señorita Minerva Lane es exactamente lo que quiere ser: una tranquila y gafosa solterona. Después de todo, la última vez que fue el centro de atención, acabó de mala manera – tan mal que se cambió el nombre para escapar de su pasado. Las solteronas tal vez no resulten muy atractivas, pero al menos no las pisotean. Así que cuando llega a la ciudad un duque joven y guapo, lo último que pretende es llamar su atención.
Pero eso es, precisamente, lo que ocurre. Porque Robert Blaisdell, el duque de Clermont, no se llama a engaño. Minerva sabe en qué anda él metido, y entonces Robert se da cuenta de que ella es algo más que sus gafas y su apariencia tranquila. Está decidido a descubrir cada secreto de Minerva antes de que ella descubra el suyo. Pero en este reto, una tímida señorita puede estar sobradamente a la altura de un duque...

El efecto heredera

Cambridgeshire, Inglaterra, enero de 1867. La señorita Jane Fairfield no consigue hacer nada a derechas. Cuando está en sociedad, habla demasiado, y diciendo lo que no debe. No importa que lleve vestidos caros, porque siempre resultan, desgraciadamente, de mal gusto. Ni su inmensa dote puede salvarla de ser objeto de burlas.
Y eso es justo lo que ella pretende. Hará cualquier cosa, incluso arriesgarse a la humillación, con tal de seguir soltera y seguir viviendo con su hermana pequeña, a la que quiere proteger de su tutor. Cuenta los días hasta que su hermana alcance la mayoría de edad y puedan vivir independientes.
El señor Oliver Marshall debe, por el contrario, ser perfecto en todo lo que hace. Es el hijo bastardo de un duque, lo que le permite moverse entre las clases altas. Pero creció en un entorno humilde. Aspira a dar la voz y el poder a la gente normal y corriente. Si da un paso en falso, nunca hará realidad sus ambiciones políticas. Ciertamente, no entra en sus planes salir al rescate de la mujer equivocada. Y, desde luego, no necesita enamorarse de una.
Lograr sus objetivos puede pasar, precisamente, por ser quien humille definitivamente a la impertinente señorita Fairfield. Sin embargo, hay algo en la adorable y valiente Jane a lo que Oliver no puede resistirse, y ello podría arruinarlos a los dos.

La conspiración de la condesa


Sebastian Malheur es el tipo de libertino más peligroso: el culto. Cuando no anda escandalizando a las damas con sus hazañas de alcoba, enfurece a la buena sociedad con sus teorías científicas. Es un hombre deseado, injuriado, aclamado y despreciado – y se ríe de todo ello.
Violet Waterfield, la condesa viuda de Cambury, por su parte, es totalmente respetable, y la gustaría que las cosas siguieran así. Pero Violet tiene un secreto que va más allá del desastre, uno que la ata irrevocablemente con el sinvergüenza más infame de Inglaterra: las teorías de Sebastian no son suyas, sino de ella.
Así que cuando Sebastian amenaza con poner fin a esta conspiración que mantienen desde hace tantos años, ella hará lo que sea para salvar su asociación... aunque ello implique abrir su vulnerable corazón al canalla que puede destrozarla.

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