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jueves, 24 de enero de 2013

Recuerdos... Misterio...

¿Dónde están?
¿Dónde se quedan? o ¿a dónde se van?

Tanto se ha escrito, tanto se ha investigado... y, sin embargo, la poesía del misterio perdura, emociona, conmueve.

¿Qué tienen los sentidos -olfato, gusto, oído, tacto, vista- que parecen convertirse en secretos receptáculos de instantes de eternidad, como flashes que nos devuelven a sitios y momentos especiales (a veces no sabemos por qué) y que marcan nuestra vida de manera única, que nos dan identidad.
Los meandros de la mente, tan divinamente complejos e inquietantes, tan misteriosos...

Siempre me sedujo paladear el sentido de que un instante se transforme en recuerdo, con toda una carga emocional indudable, con todo un significado profundo para una vida...
Habiendo vivido miles de instantes, hay uno que se sella, se graba... La fracción de segundo de una mirada: la del ser amado, la del descubrimiento, la de la lucidez, la del dolor...
 Y la magia de recuperar ese instante, volver a vivir -¡Eso!¡Volver a vivir!- ese roce de los dedos de la primera caricia de amor, el sabor y la textura del primer beso, el aroma de una calle, de una habitación, de una persona.
La ensoñación del recuerdo, el viaje de la memoria... El placer infinito de transitar cada vez los mismos sentimientos, y detenernos donde queremos, intensificar un detalle, buscarlo en nuestro interior con diferentes ángulos...

"Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba. (...)Ese sabor es el que tenía el bollo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de mojado..."  


El recuerdo, la memoria, a veces se me antoja como un espejo... Y otras como un caleidoscopio... gira... gira... siempre con los mismos componentes, siempre igual y a la vez, cambiante... "qué hubiera pasado si..." 
Y comenzar de nuevo... 

Algunas veces el recuerdo es esquivo, nebuloso, inasible... Y entonces me pregunto hasta dónde no me lo he construído... Y en tal caso, por qué.


  "¿Qué significaba?¿Cómo llegar a aprehenderlo? Bebo un segundo trago, que no me dice más que el primero; luego un tercero, que ya me dice un poco menos. Ya es hora de pararse, parece que la virtud del brebaje va aminorándose. Ya se ve claro que la verdad que yo busco no está en él, sino en mí."                       M. Proust

Y de nuevo a la magia... al misterio de lo que somos... a la aventura de descubrirnos. 
Desde los ojos del alma...

Iba solitario como una nube
que flota sobre valles y colinas,
cuando de pronto vi una muchedumbre
de dorados narcisos: se extendían
junto al lago, a la sombra de los árboles,
en danza con la brisa de la tarde.

Reunidos como estrellas que brillaran
en el cielo lechoso del verano,
poblaban una orilla junto al agua
dibujando un sendero ilimitado.
Miles se me ofrecían a la vista,
moviendo sus cabezas danzarinas.

El agua se ondeaba, pero ellas
mostraban una más viva alegría.
¿Cómo, si no feliz, será un poeta
en tan clara y gozosa compañía?
Mis ojos se embebían, ignorando
que aquel prodigio suponía bálsamo.

Porque a menudo, tendido en mi cama,
pensativo o con ánimo cansado,
los veo en el ojo interior del alma
que es la gloria del hombre solitario.
Y mi pecho recobra su hondo ritmo
y baila una vez más con los narcisos.


William Wordsworth
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